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A planear tu presupuesto
Si gastas menos de lo que ganas, podrás acumular riquezas, pero si gastas más de lo que recibes, entonces lo que va a crecer son tus deudas.
Planear con anticipación tus ingresos y gastos para lograr tus metas, debe convertirse en un hábito.
Presupuestar es listar todas las posibles entradas de dinero que tendrás en un período y todos los gastos que tendrán lugar en ese mismo tiempo. La planeación de tu presupuesto es una técnica financiera que deberías aplicar en todos los aspectos de tu vida.
Como vimos en el capítulo de Economía familiar, si le restas los gastos a los ingresos, podrás saber si el dinero que va a entrar será suficiente para cubrir los egresos que vienen o, por el contrario, si tus ingresos son inferiores a los gastos que planeabas hacer. Esto se llama hacer un flujo de efectivo.
Ahorrar según el momento de la vida
Todos sabemos que ahorrar no es fácil, para hacerlo se requiere disciplina y paciencia ya que tomar el hábito de reservar parte del ingreso y ponerlo a producir para alcanzar un objetivo futuro, en vez de salir a comprar algo, es una tentación a la que pocos se resisten.
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Aún así ahorrar es necesario y es posible lograrlo en diferentes etapas de la vida. ¿En cuál estás tú?
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Planear para equilibrar
Planear con anticipación tus ingresos y gastos para lograr tus metas, debe convertirse en un hábito. De esa manera, si observas que los gastos proyectados superan tus ingresos, podrás revisar si es posible conseguir fuentes adicionales de ingreso o si, por el contrario, puedes reducir algunos de los elementos de la lista de gastos para no quedar en rojo.
La razón por la cual es útil hacer este ejercicio cada mes, proyectándolo a un año entero, es que no todos los ingresos y egresos necesariamente implican entradas o salidas de efectivo inmediatas, es decir, pueden existir ingresos pendientes de recaudo y egresos que son pagados en períodos posteriores. Así puedes tener en cuenta esos movimientos y prepararte por si sucede algún cambio importante como que te aumenten o bajen el sueldo.
¿Cómo hago mi presupuesto?
Saber cuánto ganas: Lo primero es determinar de cuánto son tus ingresos (si vives solo), o los de la familia. Estos incluye sueldos, honorarios, comisiones, intereses, alquileres, trabajos extra, ventas de activos u otros.
Lista tus gastos fijos: Estos son los egresos necesarios para satisfacer tus necesidades básicas o con obligaciones que ya fueron adquiridas y son inaplazables. Algunos ejemplos:
- Alimentación.
- Ropa indispensable.
- Arriendo.
- Cuota del crédito hipotecario.
- Seguros médicos.
- Transporte/gasolina.
- Servicios públicos (agua, luz, gas, teléfono).
- Privados (televisión, internet, celular).
- En caso de que haya niños en el colegio, o la universidad, los gastos de educación deben ser considerados también. Ayúdate con recibos o facturas de meses anteriores para definir el valor exacto de lo que tendrás que desembolsar.
Estima los gastos variables: Estos son los gastos diarios como:
- Vacaciones.
- Regalos.
- Salidas a comer.
- Ropa.
- Mantenimiento de la vivienda y vehículo.
- Servicio doméstico, entre otros Incluye también los gastos más insignificantes, como por ejemplo revistas, cigarrillos, dulces, etc.
Resta: Fíjate si la diferencia entre ingresos menos (gastos fijos + gastos variables) da positiva. Si es así, entonces puedes pasar al siguiente paso de esta lista. Si no, debes revisar de nuevo para verificar qué gastos variables vas a recortar, o definir cómo reducirás algunos gastos fijos.
Considera ahorro e imprevistos: Recuerda que en tu presupuesto siempre debe haber un porcentaje de imprevistos o emergencias, del cual puedas echar mano en caso de requerirlo. Por otra parte, es sano conservar una parte del ingreso como ahorro. Te recomendamos reservar al menos el 10% de los ingresos familiares y considerarlo como un gasto. En otras palabras, “olvidarse” de que existe.
Proyecta a un año: Ahora que sabes cómo se comporta un mes común, puedes replicar la información para cada uno de los meses que restan del año. Así podrás identificar cuándo hay desembolsos importantes que no son frecuentes, pero que podrían desbalancear el presupuesto, por ejemplo, los impuestos y los seguros, que se pagan una o dos veces al año.
Revisa constantemente: Para asegurar que se está cumpliendo el presupuesto y evitar las posibles desviaciones del mismo, verifica la ejecución al menos una vez por semana. Si se presentó algún gasto extraordinario, realiza las modificaciones necesarias para asegurar que siga existiendo balance entre ingresos y egresos.
Con esta herramienta podrás aprender cómo hacer un presupuesto personal y hacer un manejo adecuado de tus finanzas. Ingresa a: www.mipresupuestopersonal.com.co
Si estás entre los 18 y los 30 años
Ahorra todo lo que puedas porque esta es la época en que se comienzan a recibir ingresos y la tentación de gastarlos únicamente en recreación y viajes es muy grande. Mejor destina un presupuesto mensual para el ocio y no te excedas. El resto, si es posible, ponlo a producir en activos financieros o activos productivos, previendo grandes inversiones futuras, como estudios de posgrado o bienes raíces. Las acciones que se repiten varias veces llegan muy pronto a convertirse en hábitos, si desde joven empieces a implementar la planeación de tu presupuesto más fácil será hacerlo parte de tu vida y aprenderás a manejar tu dinero.
Entre los 30 y los 45 años
Dado que gran parte del ingreso en esta etapa se va en cumplir con obligaciones (créditos hipotecarios, de vehículo, gastos originados por la familia), es vital minimizar los gastos variables para utilizar esos recursos en el pago de esas deudas, ayudando a que el patrimonio sea más sano. El ahorro debe contemplar como metas la compra de activos y algunos productivos, la educación universitaria de tus hijos, la salud de tu familia y la construcción del fondo de retiro, con el fin de que este capital pueda ir creciendo por sí mismo.
Entre los 45 y los 55 años
Cuando termines de pagar las deudas crediticias, los ingresos pueden ser destinados en gran porcentaje para afianzar la riqueza construida, ahorrando para adquirir nuevas inversiones de activos productivos y asegurar el retiro, haciendo abonos importantes que te garanticen una vida digna.
De los 56 en adelante
Con la jubilación a portas las metas del ahorro deben contemplar maximizar los aportes para asegurarla, tener un fondo de gastos médicos para desembolsos extraordinarios y otro para ocio que contemple viajes y espectáculos culturales.
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