Banco de Bogotá transformará las instalaciones del Colegio Antonio José de Sucre
Los colaboradores de la entidad se reunirán en un voluntariado con el objetivo de transformar las instalaciones de la institución educativa de Bogotá que cuenta con 500 estudiantes.
A lo largo de este año el Banco realizará varios voluntariados sociales y ambientales en Cundinamarca y Antioquia.
Bogotá, mayo de 2019. Como parte del compromiso que el Banco de Bogotá tiene con la sociedad, realizará el 18 de mayo un voluntariado para transformar las instalaciones del Colegio Antonio José de Sucre, ubicado en la Localidad de Puente Aranda.
El Colegio tiene 500 estudiantes y fue seleccionado debido a que, tiene sus instalaciones físicas deterioradas lo cual, según la CAF, es determinante en el momento de lograr que los alumnos obtengan los resultados académicos esperados.
Adicionalmente, la entidad financiera busca impactar a los alumnos y docentes de la Institución a través de talleres de educación financiera con los cuales desarrollen valores, conocimientos, competencias y comportamientos necesarios para la toma de decisiones financieras responsables, con aporte crítico y social que contribuyan a las necesidades propias y de la sociedad.
Este año el Banco tiene planeado realizar voluntariados sociales y ambientales, como: entrega de regalos a niños de comunidades vulnerables, la transformación de una escuela de música que apoya a jóvenes y niños en condición de discapacidad, y la siembra de árboles en reservas biológicas con el fin de contribuir a la recuperación de los bosques del país.
“Estas actividades de voluntariado las realizaremos de la mano de las diferentes áreas del Banco buscando la conexión entre los equipos de trabajo, como una oportunidad de contribuir a la construcción de un mejor país. Los voluntariados los realizaremos a lo largo del año en Cundinamarca y en Antioquia” afirmó Maria Claudia Zafra, Gerente de Responsabilidad Social de Banco de Bogotá.
La responsabilidad del Banco de Bogotá ante la sociedad se origina en el reconocimiento e interés por el impacto que tienen las operaciones y servicios financieros sobre la vida de las personas y el entorno. Por esta razón, se compromete a gestionar responsablemente el negocio, generando iniciativas de impacto soportadas, bajo las siguientes dimensiones: económica, social, ambiental y humana.